Se salva el IPE
Lic. Rubén Ríos Uribe
En casi todo el mundo, un indicador de la buena o mala marcha de una economía es el sistema de pensiones.
Son el canario en la mina de carbón. Cuando un sistema de pensiones está quebrado, es signo inequívoco de que todo lo demás está mal.
Para nadie es nuevo que el colapso de las finanzas públicas que las y los veracruzanos heredamos (tras años de saqueo y de mala administración) era de dimensiones astronómicas.
La magnitud de las cifras en rojo rebasa la capacidad mental de la mayoría de las personas para asimilarlas a golpe de vista y sólo se entienden plenamente después de una segunda mirada, una reflexión más minuciosa.
Es algo normal: nuestra mente suele comprender las cifras por analogía, comparándolas con referencias de nuestra vida diaria. Y, simplemente, no existe en la vida diaria de ninguno de nosotros un parámetro de comparación con lo que se robaron en nuestro estado.
En este contexto de quebranto, la situación del Instituto de Pensiones del Estado hace 20 meses no podría ser otra: desfondado y en peligro de colapsar para crear una crisis social muy grave.
(Recordemos los adeudos de pensiones y aguinaldos que enfrentaron a pensionados y jubilados con policías estatales en uno de los episodios más indignantes tristes del pasado reciente).
Y justo después de 20 meses de administración pulcra, eficiente, ordenada, austera y profesional hemos escuchado, por fin, buenas noticias.
Hace unos días observamos la firma del compromiso entre la Fiscalía de Veracruz y el Instituto de Pensiones del Estado en el que la primera de ellas reconoció el adeudo de casi 43 millones de pesos y asumió la obligación de cubrir dicho pasivo.
El acuerdo sancionado por el gobernador Cuitláhuac García Jiménez como testigo de honor es parte de una política más amplia de restituir al IPE los adeudos de entidades públicas -subrayadamente el Gobierno del Estado, pero también algunos Ayuntamientos-.
Así, la ocasión fue propicia para que nos enteráramos de la recuperación, vía convenios similares, de 688 millones de pesos.
Y apenas en junio supimos también que la reserva estratégica del IPE ahora rebasa los 1 mil 420 millones de pesos, con un incremento -por aquellas fechas- de casi 242 millones de pesos (suponemos que ahora es más).
En otras palabras: podemos asumir que el IPE está en franca recuperación y que las pensiones y jubilaciones tienen un nivel de certeza que dista años luz.
La buena noticia debe entenderse como dije al principio: como el signo alentador de que todas las finanzas públicas, en general, se encuentran ahora en un proceso de ordenamiento y saneamiento que ha empezado a revertir los efectos nocivos del pasado.
Si esto vemos en solo 20 meses, me queda claro que el saldo positivo del sexenio de Cuitláhuac García está encaminado por un rumbo en el que las y los veracruzanos podemos confiar.
*Diputado Local. Presidente del Congreso de Veracruz.