• Una abuela asegura estar amenazada de muerte para que dejara de proceder legalmente contra el sujeto que se afirma, abusó de su nieta. Antes, la quiso sobornar.

Por: Oswaldo Ceballos

“¡Queremos justicia!” es la única petición de decenas de padres de familia que en el municipio de Jilotepec, Veracruz, un lugar ubicado a 11 kilómetros de Xalapa, han exigido desde que se dio a conocer el testimonio de al menos cuatro menores de edad: Haber sido acosadas y abusadas sexualmente por un “profesor” de la escuela primaria Carlos A. Carrillo.

El lunes 20 de enero se convocó a la manifestación que concentraba a los familiares de quienes ahí van con la única finalidad de cursar su educación primaria. Ahora, el resto de los padres viven con el temor de lo que ha pasado y de lo que pudo suceder con sus hijos.

En este relato no se dirán ninguno de los nombres, ni siquiera del presunto culpable… por aquello de los debidos procesos.

Una de las niñas le dijo de repente a su abuela que sentía un dolor en una de sus partes íntimas y esa situación desató toda una tormenta infernal que se ha dado a conocer hasta el momento, en esa primaria han abusado y acosado a niñas.

Acudí al llamado de los padres, estuve presente en el dialogo entre representantes educativos y los padres de familia, los primeros intentaban convencer a los otros de entrar a la escuela y allí levantar las actas y las minutas que fuesen necesarias.

Sus protocolos normales, y también cuidando su chamba.

Lo cierto es que muy de fondo no querían que estuviéramos los medios de comunicación, fue más que evidente incluyendo a la representante de los Derechos Humanos.

El problema para estos trabajadores del pueblo es que los miles de antecedentes llenos de impunidad nos obligan a los medios de comunicación estar cada vez más presentes en este tipo de casos y ser el conducto para la exigencia de justicia, no para mancillar la integridad de nadie.

Me resulta bochornoso que estos casos tratados por la prensa sean considerados «chismes», ya que así lo calificó uno de los enviados por la SEV. Mi recomendación es que si no quieren este tipo de exposición mediática, hagan ustedes su trabajo y empiecen por detectar a engendros que lastiman a la niñez. Las evaluaciones no solo deben ser ya académicas sino psicológicas.

Tras las pláticas, y después de realizar el acopio de información, se acercó la abuela de una de las víctimas con algo que agrava más esto: “a mí me amenazaron de muerte”.

Y prendí mi grabadora:

  • Señora, ¿usted es familiar de una de las niñas agraviadas?
  • Sí.
  • Dígame, ¿cuál fue el diálogo que sostuvo con el presunto culpable de violentar físicamente a las niñas de la escuela primaria en Jilotepec?
  • Al otro día que puse el reporte con la directora, fue a verme a mi casa y me dijo que me daba dinero para que yo retirara la denuncia que hice con la directora y si no lo hacía que me cuidara mis espaldas porque él tenía un guardaespaldas y que era pistolero.
  • Entonces la amenazó de muerte.
  • Sí.
  • En la Fiscalía ¿saben de esta amenaza?
  • Sí.
  • ¿Usted teme por su vida?
  • Sí… sí temo y si algo me pasa será él.
  • ¿La niña ha recibido atención psicológica?
  • Sí, eso sí.
  • ¿Qué le pide a las autoridades?
  • Que se haga justicia, para que ya no haga más daño… porque él dice que lo seguirá haciendo… él me dijo que tiene a su mujer pero que está muy guanga.
  • ¿Así le dijo?
  • Sí, me lo dijo ahí mismo en mi casa.
  • Fue cuando le ofreció el dinero, ¿cuánto le ofreció?
  • Diez mil pesos… pero le dije que si sacaba el dinero se lo iba a romper y se lo iba aventar en su cara le dije que si no tenía vergüenza por lo que hizo y me dijo que no, que él no reconoce vergüenza.
  • Ese día por la tarde los padres de familia bloquearon un tramo carretero, poco después lo quitaron pero ellos, en sus ojos se denota el coraje y la frustración por lo que ha sucedido.

Imagina estar en los zapatos de ellos, saber que cerca de tu hijo o hija está alguien con una tendencia así… de terror.

Ya sé que las investigaciones deben correr, pero por el momento se tienen los testimonios de al menos cuatro niñas y la abuela amenazada de muerte.
Ahora bien, de acuerdo con lo explicado, se dice que el sujeto solicitaba a sus compañeros profesores para que las niñas fueran al salón a “regularizarse” pues estaban atrasadas.

Ya ahí, cerraba cortinas.

Se explica que el tipo ha buscado niñas de bajos recursos, que vivan con abuelas o con madres solteras.

Con un carajo, cuando me dicen todo esto enseguida pienso que se trata de un serial, alguien que premedita sus acciones.

Este tipo de seres aprovechan las condiciones de pobreza de las niñas, donde se sienten seguros que no habrá denuncia.

La indignación está en el aire, la furia se contiene… en el video en vivo se alcanza a escuchar a un padre de familia que interrumpe a los representantes de la educación, “yo vine a ver de qué se trataba esto… y si fuera mi hijo a quien le pasó eso, vengo y saco al maestro y a ver cómo nos va”.

Así las cosas.

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