Estados Unidos ha identificado este martes al primer infectado por el virus de Wuhan, que ya ha dejado seis víctimas mortales en China y un número de afectados que supera los 300 en este país asiático. El infectado, que ha sido diagnosticado en Seattle (Washington), según ha adelantado The New York Times y ha confirmado el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU (CDC, por sus siglas en inglés), viajó a Wuhan (China) recientemente, epicentro del brote surgido el pasado mes de diciembre, con más de 270 infecciones registradas. Desde esta ciudad, situada en la zona central del territorio chino y donde viven 11 millones de personas —más que Londres o Nueva York—, el patógeno comenzó a extenderse a las provincias vecinas. El pasado viernes, por ejemplo, no había ningún positivo fuera de allí, pero ahora ya son 38 los casos repartidos por otras 15 grandes urbes chinas.

El infectado por el virus que se encuentra en EE UU fue diagnosticado en Seattle y hospitalizado la semana pasada, según un portavoz del CDC. Este organismo está desgranando más detalles en una rueda de prensa que se está celebrando ahora mismo. Según The Washington Post, el afectado está ingresado en el Centro Médico Regional de Everett, la capital del condado de Snohomish (Washington). El CDC también ha explicado que el enfermo, cuya identidad no ha sido desvelada, aterrizó el día 15 de enero en EE UU y que un día después fue al médico, donde fue hospitalizado por una neumonía. El 17 de enero, este organismo público comenzó a monitorear a los viajeros llegados de China a tres aeropuertos norteamericanos. El infectado no visitó ninguno de los mercados de Wuhan, donde se confirmaron numerosos casos de afectados por el virus, pero sí estuvo en la región, según ha explicado a la prensa Nancy Messonnier, directora del departamento de enfermedades respiratorias del CDC.

Un grupo de expertos del Centro de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Hong Kong sugiere que la realidad es aún más preocupante que los datos ofrecidos por China. Según un informe suyo elaborado en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y presentado este martes, el número total de infectados puede rozar ya los 1.500: 1.343 en Wuhan y 115 en el resto del país. 

Además de en China y en EE UU, ha habido casos de personas con este virus detectados en Corea del Sur, Tailandia, Japón y Taiwán, donde una mujer de 55 años ha sido reconocida también este martes con la enfermedad. Como en los casos anteriores, viajó a Wuhan en las últimas semanas. El ministro de Sanidad de la isla, Chen Shih-chung, ha asegurado que ninguno de los familiares de la enferma presenta síntoma alguno, similares a los de una neumonía ordinaria, y que otras 46 personas que estuvieron en contacto con ella durante el trayecto de avión han sido puestas en observación. Además, Filipinas y Australia también han anunciado haber tomado medidas ante los primeros casos sospechosos en su territorio nacional. 

La OMS realizó este lunes una visita a Wuhan con un grupo de expertos sanitarios chinos, liderados por el doctor Zhong Nanshan, director del Laboratorio Estatal de Enfermedades Infecciosas en Cantón y eminencia nacional en la materia. Según este conglomerado de expertos, 15 empleados médicos en la ciudad han contraído el virus, lo que confirma la posibilidad del contagio entre humanos —un extremo descartado hasta este fin de semana—. 14 de ellos, además, habrían sido infectados por un solo paciente, según reveló Nanshan en una entrevista con la televisión nacional, lo que abre la puerta a la existencia de estos «superpropagadores».

La escalada de este nuevo coronavirus, descubierto hace dos semanas, recuerda a la del SARS, con el que guarda similitudes genéticas. La epidemia de 2002, también originada en China, causó la muerte de 700 personas en todo el mundo.  La OMS celebrará mañana miércoles una reunión de emergencia para decidir si declara «una emergencia de salud pública internacional» a causa del brote. El Consejo de Estado chino, por su parte, también ha programado una rueda de prensa en la que detallará la evolución del virus en las últimas horas.

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