REDACCIÓN InformanteMX
Xalapa, Ver.- La imagen que presenta cualquier página de los evangelios es muy llamativa porque son los pobres, oprimidos, desamparados, vejados, marginados, olvidados, indefensos, agraviados y excluidos los grandes modelos de la relación con Cristo resucitado. Todos ellos atestiguan ardientemente la actitud confiada que debe imitar todo aquel que se encuentre con Jesucristo: La relación con Él es decisiva. Cristo le cambia la vida para siempre al que se encuentra con él. Esta actitud confiada es también una apuesta en la que todo se juega o todo se pierde. El evangelio de san Lucas nos ha comunicado una experiencia similar que vivieron los discípulos de Emaús al ser rescatados y transformados con la luz del crucificado para el perdón de los pecados. Esta actitud confiada contrasta hoy con lo que estamos viviendo en nuestra sociedad y cultura veracruzanas: La ilusión de transformar y resolver todas las problemáticas sociales, económicas y políticas que nos aquejan hoy en día sin recobrar y recurrir a la grandeza y luminosidad de ser hijos de Dios en Cristo.
Desear transformar todo lo que se opone al desarrollo de la persona sin considerar su grandeza y luminosidad salidas de Dios es reducir todo lo bueno, verdadero y bello de la existencia a la falsedad de proyectos publicitarios, al engaño con falsas promesas irrealizables que aparentan éxitos y ocultan fragilidades, a la narrativa propagandística que no comunica ni propone algo bueno , a la injusticia con los débiles que claman justicia, al utilitarismo feroz que descarta al ser humano, a la deshonesta ganancia desmedida del marcado absoluto, al abuso de los más necesitados, a la lógica del engaño sistemático y de la división cotidiana de la comunidad civil.
Todo proyecto de desarrollo integral debe iniciar y culminar en la dignidad de la persona que viene de Dios. La dignidad de la persona demanda que ella misma sea libre para elegir de lo bueno lo mejor. Este 2 de junio será la gran oportunidad para la ejercer la libertad personal y elegir lo mejor para el bien de todos. Es necesario considerar la propuesta de volver al encuentro de una vida en plenitud desde Cristo que nos permita sentirnos una verdadera comunidad, que afronte todos los desafíos y problemáticas desde una perspectiva del bien y un progreso que implique la responsabilidad personal en todos en proyectos realizables a corto, mediano y largo plazo. El bien de todos demanda que participemos en las decisiones de orden social, político y cultural. México es de todos en la responsabilidad de elegir lo mejor para todos.