• El gélido clima invernal ha complicado los esfuerzos de Chicago para ofrecer albergue a cientos de personas migrantes que buscan asilo en la zona.
Redacción Informante
Con temperaturas por debajo del punto de congelación en Chicago, las actividades cotidianas se entorpecen y decenas de personas migrantes se refugian en espacios públicos a la espera de que disminuya el brutal frío que azota a buena parte de Estados Unidos.
Hay poca claridad en cuanto a los planes de Chicago para ofrecer albergue inmediato al creciente número de personas migrantes que llegan a la tercera ciudad más grande del país.
Chicago ha tenido problemas durante más de un año para alojar a los recién llegados hasta que se libere espacio en los albergues, y ha recurrido a medidas que, según el Gobierno local, son provisionales.
La semana pasada fueron autobuses estacionados. Antes de eso, la solución consistió en utilizar vestíbulos de aeropuertos y cuarteles de policía. Esta respuesta improvisada tiene cansados a voluntarios, grupos sin fines de lucro y personas migrantes que desconfían de la falta de un plan a largo plazo, en particular durante los largos inviernos de la ciudad.
“Para todas las cosas, la palabra preferida de la ciudad es ‘temporal’. Es su nueva ‘palabra curita’. Todo es temporal, temporal, temporal”,dijo Vianney Marzullo, una voluntaria que ha ayudado a los migrantes alojados en el aeropuerto internacional O’Hare.
Enfoque desordenado
Al igual que Nueva York y Denver, Chicago ha pasado apuros para hacer frente a la crisis que comenzó en 2022, cuando las personas migrantes empezaron a llegar a las ciudades gobernadas por demócratas, en gran parte por iniciativa del gobernador de Texas, Greg Abbott.
El clima invernal ha complicado aún más los esfuerzos. Nueva York, que ha recibido a más de 170 mil personas migrantes, desalojó un enorme campamento la semana pasada ante la llegada de una tormenta. Los alcaldes de las grandes ciudades han pedido en repetidas ocasiones más ayuda federal.
La respuesta de Chicago se ha caracterizado por su enfoque desordenado, con una gran dependencia en los voluntarios que han pasado más de un año proporcionando atención médica, alimentos y donaciones.
Los dirigentes municipales afirman que la situación cambia constantemente y que se han presentado contratiempos.
“El día después de mañana”
Las bajas temperaturas que han azotado a la ciudad de Chicago y que han llegado a registrar hasta 15 grados bajo cero dejaron un “apocalíptico” panorama desde el aire, donde algunos usuarios de redes sociales han comparado las vistas a las de la película “El día después de mañana”.
El alcalde Brandon Johnson propuso la idea de un campamento de carpas con calefacción para alojar a quienes lo necesitaran, pero la obra fue cancelada ante el riesgo de contaminación en una antigua instalación industrial.
La ciudad había establecido un límite de 60 días para las estancias en los albergues, pero aplazó dos veces la primera serie de avisos de desalojo debido al mal tiempo.
Carpas climatizadas
Hasta que el clima empeoró, Chicago mantuvo a las personas migrantes a bordo de ocho autobuses urbanos que permanecieron estacionados y con el motor encendido cerca de una autopista del centro, en una zona designada como “zona de desembarco”.
En las inmediaciones se construyen seis carpas climatizadas que, según la ciudad, se utilizarán para la acogida y servicios, como la atención médica. No está claro si también se utilizarán como alojamiento.
Alrededor de 50 personas migrantes se asentaron en la planta baja del Centro Bibliotecario Harold Washington, el local más emblemático del centro de la ciudad, durante la ola de frío.
Las personas migrantes, incluidas los que llegaron por su cuenta para evitar el frío, vivían con otras personas sin hogar.
Según el recuento de la ciudad, cinco personas migrantes de la biblioteca se encontraban en las listas para refugios.
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