Juan Javier Gómez Cazarín
Hoy celebramos la última sesión del “Segundo Periodo de Sesiones Ordinarias del Segundo Año de Ejercicio Constitucional”. Y ese nombre largo y apantallador significa, entre otras cosas y en palabras más claras, que nuestra Legislatura está a poco más de la mitad y que hemos empezado la cuenta regresiva para concluir nuestro mandato.
El próximo 5 de noviembre, cuando se instale un periodo nuevo, iniciará formalmente nuestro Tercer Año y, con él, nuestra salida.
Y, entre la chamba muy importante que sacamos hoy, antes de instalar la Diputación Permanente, fue la votación de la persona que recibirá la Medalla Heberto Castillo Martínez.
Con 45 votos de 46 presentes, la elegida fue la doctora Vianey del Rocío Torres Pelayo, única mujer -¿les recuerda algo?- de una terna de científicos notables veracruzanos. Una sureña, licenciada en biología, maestra y doctora –las tres por la UV- con un impresionante catálogo de publicaciones técnicas producto de sus investigaciones.
La doctora recibirá la Medalla en una Sesión Solemne el próximo 23 de agosto. Ese día el ingeniero Heberto Castillo Martínez cumpliría 95 años de edad y la medalla que lleva su nombre se entrega en esa fecha para reconocer a lo más destacado de la comunicad científica en Veracruz.
No existe el “hubiera”, dice el dicho con mucha razón. Sólo existe lo que de verdad ocurre. Y a pesar de ello, creo que, si estuviera vivo, Heberto Castillo sería parte de la Cuarta Transformación.
¿Qué nos estaría diciendo Heberto ahorita? Desde luego, no podemos más que imaginarlo, pero creo que nos diría que el éxito de los procesos internos no estriba en quién resultó nominada o nominado, sino cómo se llegó a esa nominación y cómo todas y todos los demás cierran filas a su alrededor.
Es fácil pensar en Heberto Castillo advirtiéndonos de que no extraviemos el rumbo y que cualquier fractura, por mínima que sea, sirve a los intereses de la derecha conservadora.
Así que no sólo pienso en que el ingeniero civil oriundo de Ixhuatlán de Madero estaría en nuestras filas: creo que estaría orgulloso de nuestro proceso interno para garantizar la continuidad transexenal de lo que hemos avanzado.
Y hablando de acuerdos, hoy también tuvimos una muestra de lo que el diálogo respetuoso, el auténtico trabajo legislativo y el oficio político pueden lograr: diputadas y diputados aprobamos por unanimidad de votos la elección de los contralores internos del IVAI, la CEDH, el Orfis, la CEAPP, el Tribunal Administrativo y el propio Congreso.
Estos nuevos contralores son producto de un proceso riguroso de entrevistas y análisis para asegurar que llegaran al cargo los mejores perfiles. Por eso no tuvieron ningún voto en contra.
Por cierto, que en la Contraloría del Congreso ratificamos por cinco años más a René Buenrostro Hernández, quien ya se desempeñaba –y muy bien- al frente de esa oficina.
Tejer acuerdos a favor de la buena marcha de la vida pública de Veracruz es un mandato de la gente, que nos mandó a la Legislatura trabajar y a dar resultados.
Y para terminar, les platico que ya me falta menos para el Maratón de la CDMX y cada vez estoy más feliz por eso.
Diputado local, Presidente de la Junta de Coordinación Política.