El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador entregó 18 mil 456 millones de pesos menos de recursos federalizados a los estados durante los primeros cinco meses de 2020, según un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

El hueco que dejó la Federación a las haciendas locales fue por las menores transferencias que se realizaron por la vía de aportaciones (recursos etiquetados para educación, salud, seguridad e infraestructura, principalmente) y participaciones (ingresos de libre uso para los gobiernos subnacionales).

La menor actividad económica derivada del confinamiento por el Covid-19 fue determinante para que el gobierno federal obtuviera una menor recaudación tributaria y por tanto una menor caja para repartir entre las entidades.

Sin embargo, el factor más importante de tener una bolsa más desinflada de lo esperado fue la menor generación de ingresos petroleros, lo cual perjudicó la entrega completa y programada del dinero para los gobiernos locales.

A detalle

La mayor merma de recursos presupuestados para los estados fue por la vía de aportaciones federales. Se había calculado una entrega de 335 mil 40 millones de pesos para los primeros cinco meses del año, pero sólo se repartieron 324 mil 784 millones, lo que significa un faltante de 10 mil 256 millones.

Bajo este concepto resultaron afectados seis estados que obtuvieron menos ingresos: Ciudad de México, Hidalgo, Baja California, Aguascalientes, Tamaulipas y Chiapas.

La capital del país, gobernada por Claudia Sheinbaum, fue la más castigada. Originalmente se le calendarizaron 23 mil 573 millones de pesos por aportaciones, pero sólo se le erogaron 20 mil 952 millones, lo que dejó un déficit de 2 mil 621 millones.

El gobierno del priista Omar Fayad tuvo un hueco de 482 millones de pesos, mientras que en las administraciones de los morenistas Jaime Bonilla y Rutilio Escandón fue de 121 millones y 82 millones, en ese orden, y en el de los panistas Martín Orozco y Francisco Javier García Cabeza de Vaca, 38 millones y 54 millones, respectivamente.

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En el caso de las participaciones, que son los ingresos más importantes de los estados, la afectación de menos recursos se extendió a una mayor cantidad de territorios.

De los 411 mil 128 millones de pesos que se programaron otorgar, sólo se destinaron 402 mil 928 millones, lo que dejó un agujero de 8 mil 200 millones.

El análisis muestra que fueron 21 las entidades que recibieron menos dinero del estipulado. Destacan ocho gobernadas por priistas: Zacatecas, Coahuila, Campeche, Sonora, Estado de México, Tamaulipas, Hidalgo y Sinaloa.

Otras seis son administradas por panistas, como Nayarit, Durango, Guanajuato, Chihuahua, Quintana Roo y Yucatán.

Cuatro son de Morena: Puebla, Tabasco, Ciudad de México y Chiapas; una, del PRD: Michoacán; otra, del Partido Encuentro Social, que es Morelos, y una de Movimiento Ciudadano: Jalisco.

Ahorcan finanzas

Fiscalistas consultados dijeron que las menores transferencias impactarán sobre las finanzas de los estados afectados.

El director de Inteligencia Pública, Marco Cancino, explicó que en el caso de las aportaciones puede haber un impacto sobre aquellos recursos dirigidos a reducir la pobreza y marginación, lo que puede profundizar el rezago que hay en muchos estados.

En el caso de las participaciones, dijo que el recorte meterá en aprietos a los gobiernos estatales, porque pegan a la nómina de su burocracia y a programas estatales. Además, por medio de esos recursos, los gobiernos subnacionales respaldan créditos bursátiles y bancarios.

Destacó que una explicación de la menor entrega se debe al dinamismo de la economía, pero también puede ser que el gobierno federal esté haciendo una reasignación presupuestaria y reorientando ese ingreso a otro rubro, lo cual tendría que explicarlo.

Por su parte, el director General del Centro de Investigación y Presupuestaria, Héctor Villarreal, indicó que esta merma llevará a resarcir, aunque no de manera íntegra, el daño por medio de los fondos de estabilización. Hizo énfasis en que el gran problema no es este año, pues hay coberturas y fondos de estabilización para paliar la situación, sino para 2021, cuando se enfrentarán más retos por todo el impacto que se dejó en este ejercicio.

Admitió que aunque los gobiernos pueden incurrir en deuda para sortear este desafío en las finanzas locales, la preocupación es que lo hagan de forma desordenada.

Al respeco, la presidenta de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, Patricia Terrazas Baca (PAN), manifestó que si bien la baja recaudación y la caída en el precio del petróleo explican la caída de las participaciones federales y las aportaciones a las entidades federativas, el verdadero problema de los estados es que carecen de todo apoyo del gobierno federal.

“No se les están entregando recursos adicionales a los estados y entonces las entidades y municipios están saliendo adelante de la pandemia con sus recursos, sin ningún apoyo adicional.

“Los ingresos tributarios (IVA, IPES, ISR) han caído y eso entra a la bolsa de las participaciones de los estados, y además de esa caída recaudatoria, está la caída en el precio del petróleo y pues por eso no hay recursos para repartir”, expuso. Con información de Carina García

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