La bancada de Morena y sus aliados atentan contra la democracia, esa que los llevó a la victoria en el 2018. Mientras mandan a la gente a su casa por la emergencia sanitaria del Covid-19, abusan de su postura para servirse con la cuchara grande.
Hoy, gracias al grupo legislativo de Morena, los veracruzanos vivimos un retroceso; este día, el pueblo bueno fue engañado por las y los diputados morenistas, quieren impedir la revocación de mandato de servidores públicos electos por voto popular, pues Morena sabe que gran parte de la población ya no quiere a Cuitláhuac García Jiménez como gobernador. En el 2022 los veracruzanos lo vamos a mandar de regreso a la casa de sus padres, de donde nunca debió salir.
En el Partido de la Revolución Democrática no estamos de acuerdo en que el Congreso del Estado argumente que la reforma planteada atienda los criterios de justicia social y el uso correcto de los recursos públicos aplicando su falsa austeridad republicana, cuando es público y notorio que el gobierno de la 4T ha sido denunciado por actos de nepotismo, tráfico de influencias y desvío de recursos, prueba de ello, los 3 mil 284 MDP que regresaron a la Federación.
Por ello impugnaremos con apego a la ley ante el Tribunal Electoral de Veracruz (TEV) el abuso de estos pseudorrepresentantes del pueblo, no están dimensionando el peligro que representa su modificación a la Constitución.
Desaparecer todos los consejos municipales para elecciones de ayuntamientos y transportar todos los paquetes electorales a la cabecera distrital es muy peligroso, ignoran la historia, olvidan que en el 2017 fueron quemados casi 20 consejos en municipios como Zaragoza, Sayula de Alemán, Uxpanapa; habrá problemas al llevarlos al distrito, se pone en riesgo la paquetería, es originar un caos social desde el Congreso del Estado, todo lo que pretenden ahorrar con la extinción de los consejos municipales se gastará en los distritales, no tiene sentido.
Es lamentable y desafortunado que Morena haya usado de pretexto el problema de salud del Covid-19 para intentar justificar su iniciativa de reforma a modo, pues está en duda que los recursos se destinen en materia de salud y por el contrario puedan ser usados de manera electoral a través de los programas asistencialistas.