• La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó esta mañana su firme postura sobre la protección del maíz criollo, un cultivo fundamental para la identidad cultural y la biodiversidad de México
Redacción Informante
La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó esta mañana su firme postura sobre la protección del maíz criollo, un cultivo fundamental para la identidad cultural y la biodiversidad de México.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum destacó la importancia de conservar el maíz criollo y señaló que esta acción debería ser reconocida como una obligación para todos los mexicanos.
El Maíz Criollo: Un Derecho y Obligación Nacional
“Conservar el maíz criollo es algo obligatorio para todos los mexicanos, es lo que queremos que quede en la Constitución. Nadie debe intervenir en eso, es un derecho y una obligación de las y los mexicanos,” enfatizó la presidenta, refiriéndose a su propuesta de incluir en la Carta Magna la prohibición de la siembra de maíz transgénico en territorio mexicano, que deberá ser aprobada por el Congreso de la Unión en febrero próximo.
La presidenta Sheinbaum reiteró que el maíz es un legado cultural y de biodiversidad del pueblo mexicano y es crucial para la preservación de variedades nativas, que han sido parte integral de la historia y la cultura de México desde tiempos prehispánicos.
Ante la resolución de un panel internacional que ordenó a México revertir las restricciones sobre la importación de maíz transgénico, la presidenta aclaró que el maíz modificado genéticamente se importa principalmente para consumo animal, y no para consumo humano directo. No obstante, subrayó que la protección de la siembra de maíz en México sigue siendo su prioridad.
“Lo que realmente me importa es proteger la siembra de maíz en México. Aún una parte importante del país sigue sembrando maíz criollo,” señaló, resaltando que esta variedad de maíz es un elemento esencial para la biodiversidad genética y un símbolo de la cultura mexicana.
La mandataria recordó que el maíz no es un cultivo silvestre, sino que proviene de la domesticación del Teocintle y ha dado origen a múltiples variedades criollas, cada una con un gran valor cultural y biológico. El maíz, dijo, es México, pues sin maíz no hay país, una frase que refleja el profundo vínculo entre este grano y las raíces de la nación.
“El maíz está ligado a nuestro origen, a los pueblos originarios de ayer y hoy, y a la resistencia del maíz,” destacó, subrayando que la protección de este recurso es fundamental para la soberanía alimentaria y la autonomía del país.
Finalmente, la presidenta expresó que la prohibición de la siembra de maíz transgénico en suelo mexicano será incluida en la máxima normativa del país, garantizando que los productores nacionales no se vean obligados a comprar semillas a empresas transnacionales. Esta medida, según Sheinbaum, no solo protege la diversidad genética del maíz, sino también la cultura mexicana y la autonomía agrícola de México.
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