Durante la epidemia por Covid-19, el Consejo de Salubridad General determinó que ante una posible saturación del sistema nacional de salud, se priorizará a los pacientes jóvenes sobre los adultos mayores, o de aquellos que tengan una enfermedad crónica como diabetes e hipertensión.

De acuerdo con la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, asignar recursos de medicina crítica, como el uso de ventiladores mecánicos, para salvar el mayor número de vidas implica diversos dilemas, pero la manera aceptada de asignar recursos escasos cuando los pacientes tienen condiciones similares es el azar.

Sin embargo, si los pacientes tienen una condición similar, pero la diferencia de edad es significativa, la asignación se puede modificar.

“Cuando solo tenemos un ventilador y hay dos pacientes; un paciente A de 80 años y un paciente B de 20 años. Supongamos que si paciente A recibe el ventilador, vivirá 7 años más y si paciente B recibe el ventilador, vivirá 65 años más”.

En este punto se aplica el principio: salvar la mayor cantidad de vidas-por-completarse, que de acuerdo con el documento publicado por el CSG; se debe entender como aquella persona que aún no ha pasado por los diferentes estados de desarrollo biopsicosocial humanos como infancia, adolescencia, edad adulta y vejez.

“Y de entre las vidas-por-completarse, hay que elegir aquellas que están en etapas más tempranas. Utilizar este principio podría parecer injustamente discriminatorio hacia los adultos mayores, pero no es así. Para entender porqué, se tendrán que remontar a la pregunta: por qué la muerte es mala para nosotros. La respuesta es que la muerte es mala porque nos priva de oportunidades valiosas futuras”.

La guía también establece que en caso de un empate y usar el principio de vida-por-completarse no desempata sobre quién accederá al recurso escaso, la decisión deberá ser al azar, y se tomarán en cuenta la tasa de mortalidad por Covid-19.

Se enfatiza en que durante la asignación de recursos escasos de medicina crítica NO deberán tomarse en cuenta la “afiliación política, religión, ser cabeza de familia, valor social percibido, nacionalidad o estatus migratorio, género, raza, preferencia sexual, discapacidad” del paciente.

En cuanto al personal médico contagiado y que requiera de recursos de medicina crítica escasos, el Consejo de Salubridad General determinó que la priorización a este sector debe ser absoluta, pero únicamente a los profesionales de la salud que hacen frente a la pandemia, la única excepción será cuando presenten comorbilidades o su pronóstico sea tan grave que los recursos escasos no harían diferencia en su salud.

“El personal de salud tiene un valor instrumental mayor durante la emergencia médica. Es importante notar que no se le debe de dar prioridad a todo el personal de salud, sino únicamente al que se enfrenta a la emergencia de Covid-19. Por ejemplo, un dermatólogo no debe recibir atención prioritaria, pero un profesional de enfermería sí”.

La postura del subsecretario Hugo López-Gatell

En el reporte diario sobre coronavirus desde Palacio Nacional, la prensa preguntó por este acuerdo, a lo que el subsecretario Hugo López-Gatell respondió que las guías no son nuevas, «ahora aplican a Covid-19, es una adaptación de preceptos éticos fundamentales».

«Lo que consideramos que es muy importante en este momento es ubicar los distintos escenarios para enfrentar una situación tan compleja como esta, y no perder de vista que los preceptos éticos fundamentales, muchos de ellos representados como leyes deben ser considerados como estándares universales».

Siguió:

«En este momento es un documento que está a disposición en la página del Consejo de Salubridad General, pero no implica en este momento una decisión ejecutiva».

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