Por: Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

México lleva más de 18 años sumido en un tema profundo de inseguridad, tiene más de 100 mil personas desaparecidas, es el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo, contemplando que el primero es Palestina y se encuentra en medio de un conflicto armado, la situación de nuestro país es verdaderamente alarmante.

Sin importar quién llegue a la silla presidencial, el tema más urgente es la seguridad, que incluye las desapariciones forzadas, el crimen organizado y múltiples atentados a periodistas que, aunque de manera oficial muchos se han ligado al narcotráfico, la causa principal de los atentados también está en el gobierno, pues en su mayoría son funcionarios públicos quienes exigen el silencio de quienes pueden resultar incómodos a los intereses. 

El tercer debate presidencial incluirá estos temas, en los que muy poco se ha propuesto, pues la problemática se ha abordado todo este tiempo de manera reactiva, homogénea, pensando que todas las personas tienen las mismas necesidades y con mecanismos de respuesta que resultan insuficientes, de ahí la importancia de la sociedad civil y su participación en asociaciones o colectivos que buscan las respuestas que no ha podido brindar el gobierno. 

En medio de 18 años con una estrategia de seguridad fallida que han desarrollado todos los partidos políticos, fue que la sociedad civil desarrolló los diálogos por la paz, tratando de emular qué alternativas han tomado países donde el crimen y la inseguridad han disminuido, para así construir propuestas que beneficien a todos los grupos y verdaderamente tomen en cuenta sin distinción los intereses de la comunidad. 

En medio de estos diálogos desde el sistema educativo jesuita se creó el Laboratorio para la Paz con Reconciliación (Reconcilab), un espacio de diálogo profundo, donde participan investigadores y han desarrollado múltiples propuestas para quien llegue al mando en las próximas elecciones, tanto a nivel federal como local. La importancia de este análisis es que contempla la macrocriminalidad, entendiendo cómo ha evolucionado en México y las implicaciones de todos los niveles involucrados. Fue en medio de un país envuelto en macrocriminalidad que fueron asesinados dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua, este hecho provocó que incluso la iglesia se involucrara en las exigencias de paz. 

Desde el  Reconcilab se presentó en días pasados un libro titulado Alternativas hacia la paz con reconciliación, que aborda distintas temáticas desde el punto de investigadores que han acompañado a distintos grupos afectados por la violencia de México, donde también entran ambientalistas que han sido asediados por la protección y defensa del territorio; personas desaparecidas de comunidades indígenas, donde las propuestas tradicionales de búsqueda no sirven por barreras que deberían contemplarse, como el idioma; la distribución de la riqueza como un punto de origen para el incremento del crimen organizado, la violencia de género y las afectaciones a la salud mental en medio de estos escenarios, entre otros diversos temas.

Estas propuestas nos hablan de la urgencia con la que debería abordarse el tema de la violencia y la inseguridad, pues es la misma sociedad quien está demandando en distintos puntos de México una respuesta, aquí no hay edad involucrada, nos incumbe a todas y todos, hay una búsqueda sin fin por parte de madres buscadoras a quienes después se les revictimiza, hay una búsqueda de paz en medio de un país manchado de sangre, donde hasta el turismo ha sido afectado por los secuestros y atentados. 

Después de años de guerra contra el narcotráfico, una creciente militarización del país, el resultado ha sido el mismo, por lo que las propuestas a estas alturas deberían ser distintas. Al respecto las candidatas y el candidato no tienen un panorama claro: Claudia propone fortalecer a las fuerzas armadas y dar continuidad a una estrategia de militarización. Xóchilt retirar a fuerzas armadas, proteger a pequeñas comunidades y construir un penal de máxima seguridad y por su parte Máynez regular la producción del mercado de Cannabis y enfocar la seguridad en el poder judicial. 

Detrás de estas propuestas aún quedan muchos vacíos, sin embargo, estas serán más claras y de mayor dominio popular en el próximo debate, mientras tanto desde la ciudadanía nos toca exigir también a nuestros representantes locales que brinden claridad respecto al futuro que queremos.


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